De monaguillo a líder continental
Chávez
eres un valiente
Este viernes la prensa mundial reseña las emotivas palabras que el Presidente
Hugo Chávez pronunció el Jueves de semana santa, cuando asistió a
una misa en el estado Barinas junto a sus padres, hermanos y otros
familiares. La frase más destacada, titulares incluso, refieren: “que Chávez
le pide a Dios
que le más vida…”, pero no completan la frase…cuando dijo “porque aún me queda
mucho por hacer…”. Y es que a la mediática internacional no le
interesa sino el sensacionalismo de la noticia, así como muchos otros acarician
sus peores sentimientos en contra del mandatario venezolano.
El Presidente - durante una intervención en el programa Dando y Dando de
VTV - hizo algunas reflexiones
cuando la periodista Tania Díaz le
pregunta: sobre su acercamiento a Jesús…
Chávez reseña algunos momentos de su vida espiritual, en
donde su relación con Dios es tan intima como el recuerdo de cuando era
monaguillo en su pueblo y su madre quería que fuera sacerdote.
También refiere “a su General Pérez
Arcai”, quien por instinto le cedió un crucifijo a su salida del Palacio de
Miraflores, luego del Golpe de Estado aquella madrugada del 11 de abril de 2002, cuando se
entregaba como prisionero y se iba al Fuerte Tiuna.
Así, también por instinto y fe católica, Chávez
apeló al poder de la Santa Cruz cuando mostró ese mismo crucifijo, horas
después, aquella madrugada del 13 de abril de 2002. Era regresado al Palacio,
luego de 48 horas de cautiverio. Con la cruz en mano, pedía perdón y
llamaba a todos a la calma, a la cordura de los medios y opositores
radicales. En ese episodio de la historia el Presidente había estado
cercano a la muerte, cuando estuvo a punto de ser asesinado. En ese
trance, lo profano y lo divino estuvieron presentes. La fe en salir victorioso
tiene que haber sido su mejor aliada.
Con o sin intención, Chávez
sí es un líder espiritual por excelencia. Y es que la religión no se
supedita a darse golpes de pecho y ser asiduo a la iglesia o besar la mano a un
sacerdote u otras practicas. Chávez
expresa su religiosidad en la acción de su trabajo. Es benevolente con el
prójimo, sobre todo con el más necesitado. “A cada quien según sus
necesidades”, dice reiteradamente. Y que más cumplimiento del deber cristiano
que trabajar para ayudar al que más lo necesita, reducir la pobreza en
cualquiera de sus categorías, que más prueba de fe cristiana que soportar
los agravios de una guerra verbal permanente en su contra, con vilipendio
constante, ofensas, trampas y traiciones, durante 13 años. Que más ejemplo
cristiano que vivir confinado y entregar su vida a un proyecto político, para
lograr desarrollo, igualdad, justicia social, cambiando la vida de millones
para mejor. Yo diría que eso es casi santidad. De manera que su fe se traduce
en su acción, en su nobleza, caridad, bondad, pero sobre todo en la honestidad
y fe en su ideal bolivariano y socialista puesto en la acción, en su
benevolencia.
Sus Misiones, inspiradas y consolidadas, por su empeño de lucha contra
la pobreza, que han dado fortuna a tantos venezolanos olvidados, es una de las
mejores muestras de amor cristiano. La acción principal en la tarea de
Jesús era hacer un mundo mejor, con mejores seres humanos, más justicia y
equidad social, expresado fielmente en la frase “ama a tu prójimo como a ti
mismo”.
Hemos conocido un Chávez
que destaca por su audacia y coraje. Y hay que tener valentía para
hablar de su enfermedad, en pleno proceso de recuperación, cuando
aun siente el quebranto del tratamiento, de una enfermedad tan
devastadora como el cáncer. No es fácil. Pero que bueno es comprender que el
presidente Chávez
es un ser humano, no una máquina. Y en esta ocasión, en la misa de
Barinas, quiso manifestar sus más íntimos sentimientos, acerca de su fe.
Sin tapujos, sin máscaras, sin titubeos, sin esconder nada que no salga
de su corazón, Chávez
movió sentimientos. Su plegaria, en el deseo de querer “seguir
viviendo”, trabajando, “porque le queda mucho por hacer” por su pueblo, es
una verdad que sale de su corazón. Es una alabanza a la hermandad, que
pocos podríamos evocar en momentos tan comprometedores.
Chávez…
un Quijote valiente
El presidente Chávez
es un Quijote muy valiente. Ha logrado más de lo que posiblemente imaginó con
este proceso revolucionario a la venezolana. Lo demostró cuando recibió la
banda presidencial por primera vez y juró “ante una moribunda” Constitución en
1999. Cuando soportó, de la prensa globalizada, las peores injurias e insultos
durante su primer año de Gobierno. Cuando logró la Asamblea Constituyente y el
nacimiento de la nueva Constitución del 99. Cuando comando con fortaleza la
vaguada del estado Vargas, salvando
oportunamente tantas vidas. Cuando rescató la Opep de su desaparición e hizo en el país una Cumbre para la
historia, sacando del cementerio el precio del barril de petróleo, que por aquellos
días estaba en 7 dólares, para establecer una banda de precios justos,
razonable, una estrategia que ha dado en todos estos años un justo lugar y
valor al crudo venezolano y mundial. Cuando asumió su crucifixión con el
dictamen de la primera Ley Habilitante que se le había otorgado.
Cuando afrontó el Golpe de Estado
el 11 de abril de 2002 y 48 horas después llegó vivo a Palacio. Cuando
combatió la “meritocracia en Pdvsa” y comandó las acciones del paro petrolero
de 2002, que dejaron el país en una difícil situación financiera, pero que
dieron nacimiento a la nueva Pdvsa.
Cuando desmantela comandos paramilitares colombianos que intentaban su
asesinato. Cuando soportó el dolor de traiciones de propios y extraños y tuvo
que afrontar dolorosas muertes como la del Fiscal Danilo Anderson, que dejaban ver la incursión de elementos
terroristas en el país. Cuando entendió que el ex presidente Álvaro Uribe no era un aliado de paz y
soportó la temeridad de su homologo, a pesar de su buena voluntad en colaborar
con el proceso de paz en Colombia,
participación que hizo a solicitud de ex senadora Piedad Córdova. Cuando aceptó, con pundonor el desprecio del Rey de
España, quien lo instó con la celebre frase “por qué no te callas”. Cuando en
la OEA, refiriéndose a la presencia
del maquiavélico George Bush, dijo
en el púlpito “aquí huele a azufre”. Cuando rompió relaciones
diplomáticas con Israel, por la
cruenta guerra desigual que esa nación despliega a su antojo contra los
hermanos pueblos árabes. Cuando ha propiciado una relación libre y
soberana con países árabes y africanos, sin importar el que dirán las
potencias. Cuando ha roto las cadenas de Latinoamérica,
abogando por la soberanía de la Patria Grande con políticas propias de la
región, impulsando el Alba contra el
Alca. Cuando ha mantenido una relación fuerte y de empeño por el bienestar de
los pueblos con el gobierno de Cuba,
con el comandante Fidel Castro,
desde mucho antes de ser candidato presidencial, lealtad que ha mantenido en el
tiempo, sin temor a la mediática contra el líder cubano.
Sin duda confiamos en el poder sanador de Jesús. Y sin dudas, el tiempo
de Dios es perfecto. Chávez
comenzó por despertar a todo un pueblo, un continente incluso, y enrumbar su
camino, iluminó conciencias y es mucho lo que ha logrado por su valentía y
coraje.
“Esa prueba adicional”-como el mismo califica este trance que
ahora vive- “esa emboscada”, debe animarle a seguir la lucha por su salud
plena, a no descuidar el tratamiento oportuno y no bajar el animo
de la fe en Dios. Y aunque su misión hasta ahora cumplida no tiene precio,
será como él dice la “unidad
revolucionaria” una posibilidad de cristalizar las metas más
inmediatas como es salir victoriosos el 7
de octubre en las elecciones presidenciales, con diez o más millones de
votos.
¡Definitivamente, Chávez
es un valiente!... quien ha escrito una historia infinita de acontecimientos,
plegado a nuestras vivencias. Por todo ello y más, su sufrimiento
y alegría nos pertenece y nos plegamos a su plegaria de
convicción y fe en su sanación, deseo que ahora mismo cala en nuestros
corazones para admirarle aun más y hacerle saber, que hasta ahora su misión de
vida, sometida al escrutinio público, es de grandeza…por su infinito amor al
semejante…
…Pocos, sí pocos líderes… Fidel,
el Ché, Allende, Gandhi, Martín Luther King, Nelson Mandela, por decir
algunos, son ejemplos de esa valentía, de ir contra corriente por un
ideal…y esos no mueren jamás…viven para siempre.
Y Como de fe se trata, y en eso no hay intermediarios, le diría al Presidente:
“la fe mueve montañas”… no hay tiempo para la tristeza… es tiempo de apegarnos
a la fe, que es la vida misma… Palante
Comandante!!!
Autor: Yudith León
Tomado de http://www.aporrea.org/actualidad/a141407.html,
el 07.04.2012
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